Principales lesiones del corredor! Prevención y tratamiento.
Esguince de tobillo
Se pueden dar dos tipos de esguince, dependiendo de
si sufres la torcedura hacia dentro(inversión) o hacia
fuera(eversión).
Algunos se pueden evitar o
cuando menos que sea leve utilizando un calzado adecuado. Si eres
propenso a sufrirlos, usa zapatillas de media suela ancha y baja, con
estabilizador y contrafuerte de talón rígido y alto.
El esguince por eversión es producido por un giro
hacia fuera del tobillo y se desgarra el ligamento exterior. Lo que
lleva consigo, una distensión a consecuencia del desgarro. Y por
consiguiente puede llegar a verse involucrado otras estructuras
músculo - tendinosas dañadas a consecuencia del mismo.
Tratamiento
Lo más importante es reposo total durante las 24
primeras horas, hielo, vendaje compresivo y elevar la pierna. El
hielo se aplica durante 15 minutos cada hora hasta que baje la
inflamación.
Acudir a un fisioterapeuta para que te haga un
“taping”, ( hay gente que cree en esto hay gente que no),
igualmente el vendaje que te realiza el fisioterapeuta te permite
andar y verás como en pocos días estás casi recuperado.
Tengo que decir, que como entrenador personal y como
socorrista, he visto muchas cosas, pero lo que te puede ocurrir es
que llegues al médico y sin tocarte, sólo con una mirada, ni por
asomo una radiografía, que te mande a poner una escayola o una
férula hasta la rodilla sin saber si está roto el hueso, si está
roto el ligamento, y encima de un tobillo que parezca más una
morcilla de Burgos que un tobillo.
Por lo que te digo, con mi experiencia, sino se baja
la inflamación, ve al médico, no te dejes poner nada rígido,
cuando se baje la inflación con un fisioterapeuta y un vendaje, en
pocos días estarás bien.
Prevención
A la hora de aplicar un programa preventivo lesional
para el esguince de tobillo. Deberemos de tener muy presente varios
aspectos de suma importancia para aplicar muy bien la secuencia de
ejercicios y ver su progresión.
Para establecer un programa de trabajo se deben
tener en cuenta una serie de principios básicos que incluyen los
antecedentes lesionales, el tipo de lesión, la gravedad de ésta, el
mecanismo de producción, los medios de tratamiento así como los
objetivos considerando el calendario de competición y la fecha
prevista de incorporación. Abordando la secuencia funcional de
prevención. Debemos analizar la solicitación muscular y carga
biomecánica que va a desarrollar en su puesto específico y ajustar
reeducación, reentrenamiento motriz a dicho núcleo articular . Con
el objetivo de reajustar sus tareas motrices a través de ajustes y
patrones de movimiento condicional y coordinativo.
En resumen, adaptar a la lesión, a tu cuerpo, a tu
musculatura, etc. cada uno de los ejercicios personalizados.
Las fracturas por estrés.
La definición general de las fracturas de ruptura
de continuidad del hueso, pero su causa no es un traumatismo agudo,
sino múltiples traumatismos repetidos sobre un hueso de partida
sano, aunque también podría ser un esfuerzo normal, sobre un hueso
osteoporótico (3ª edad, etapa postmenopaúsica en mujeres) o con
alguna otra patología que lo haga más frágil.
Esos traumatismos se deben a un trabajo
muscular repetitivo realizado en exceso y es habitual en deportistas.
Normalmente su localización preferente está en metatarsianos y
tibia, estas últimas son de gran frecuencia en corredores y
jugadores de voleybol.
Este esfuerzo repetitivo por fatiga a la
musculatura, que no es capaz de reabsorber todas las fuerzas y en
consecuencia van a parar al hueso. El hueso se debilita, no se le da
tiempo para su recuperación y reparación y crece su desequilibrio
respecto a una musculatura hipertónica.
La periostitis de la tibia y las fracturas
por estrés pueden crear sensaciones de tensión o restricción del
rango de movimiento, sostiene el National Council on Strength and
Fitness. Cuando los músculos de la pierna no son capaces de
responder a las demandas que se les imponen, puede producirse una
periostitis del hueso de la pierna. Si un deportista continúa
entrenando, la fuerza del entrenamiento será depositada sobre el
hueso y la carga biomecánica será de gran predominio, lo cual con
el tiempo provocará fracturas por estrés. Al igual que el dolor y
la inflamación, la rigidez, al principio puede ser leve y aparecer
con la actividad. Pero sin el tratamiento adecuado, la rigidez y el
dolor pueden progresar al punto de provocar dificultad para soportar
peso sobre la pierna afectada.
El tratamiento
El tratamiento irá orientado a corregir esos
desequilibrios, a mantener la funcionalidad del pie y pierna,
mientras se observa el reposo que favorecerá la recuperación del
hueso, con ayuda de la electroterapia, para favorecer la
consolidación ósea y disminuir la inflamación y a reeducar,
reentrenar y readaptar la actividad deportiva para una
reincorporación al deporte sin recidivas.
Prevención
Importante en éste caso el calzado. Debe ser
flexible, con una media suela de gran densidad y alta absorción de
impactos. Si se entrena en estado de fatiga muscular, el riesgo de
lesión por estrés es muy alto. Por eso es importante respetar los
días de descanso y no hacer nunca seguidos dos días de series o un
rodaje largo de 2 horas y luego otro día de series a continuación.
Tras un entrenamiento muy largo o muy intenso debe seguir un rodaje
suave de recuperación( no más de una hora) o un día de descanso.
Igualmente evita correr por asfalto todo lo que puedas y si puedes
cambia algún rodaje por 2 horas de mountain bike o 45′ de piscina.
La lesión ” rodilla del corredor”
Se padece por una mala alineación de la rodilla,
que produce una descompensación muscular al correr, que se convierte
con el paso de los años en una fuerte molestia. También es conocida
como la condromalacia rotuliana, sus síntomas son rigidez de
rodilla después de haber estado demasiado tiempo en una postura,
seguido de un dolor agudo en posición erecta. Suele doler más
cuando te pones en cuclillas, bajas escaleras o corres pendiente
abajo. Puede haber un poco de hinchazón alrededor de la rótula.
Los corredores con la pelvis más ancha son más susceptibles de padecer esta lesión.
Los corredores con la pelvis más ancha son más susceptibles de padecer esta lesión.
La pelvis más ancha hace que el fémur rote hacia
dentro, originando así más rotación en la propia rodilla, la
rotación anómala de la rodilla al correr provoca un desplazamiento
de la rótula y produce el dolor de rodilla. Esto puede ser debido a
desequilibrios musculares de la pierna o por malos apoyos del pie.
Además, cuando la rodilla está en un ángulo de 90º de flexión es
cuando la rótula, consecuentemente, sufre mayor desgaste. Ni en
extensión completa ni en flexión completa hay compresión contra la
apófisis femoral, (ya que en esta posición en la que el tendón del
cuádriceps absorbe la carga entre los trocánteres femorales,
Hans-Uwe Hinrichs, 1999).
Prevención
Se recomiendan realizar ejercicios propioceptivos de
cadera, rodilla y tobillos así como manipulaciones de la
articulación por parte del fisioterapeuta (Lowry, Cleland &
Dyke, 2008).
En la misma línea se pronuncia Brukner (2006) que
demuestra, a través de pruebas de resonancia magnética, como los
problemas de rodilla afectan a la espalda y la cadera por
desalineación de miembros y descompensaciones musculares.
La periostitis tibial
Se produce por entrenar en terrenos duros y
desiguales con zapatillas no apropiadas para dicho terreno, teniendo
en cuenta que está estrechamente ligado con la sobresolicitación
muscular y la sobrecarga de trabajo. Esto produce una excesiva
vibración del periostio que recubre la tibia y con ello una
inflamación del mismo que suele ser muy dolorosa. Evita zapatillas
duras, ligeras y bajas. La tibia es el hueso que soporta más peso
del cuerpo, tiene poca protección muscular y es muy vulnerable a las
lesiones por sobreesfuerzo,. Las zancadas largas, las cuestas abajo,
el terreno excesivamente duro, el exceso de pronación o el inicio de
temporada entrenando a ritmos muy fuertes y con muchos kilómetros,
son las causas de esta lesión. Si el dolor se concentra en un punto
puede producirse una fractura por estrés.
Tratamiento
Envuelve la pierna con una toalla con hielo después
de correr, si el calor te hace sentirte mejor utiliza una almohadilla
caliente, eleva la pierna y masajea la pierna durante 10′ dos veces
al día. Realiza un vendaje de compresión para evitar vibraciones
excesivas del periosto y para que el musculo este más próximo al
hueso. Muy importante: no vuelvas a correr hasta que hayas sanado
completamente.
Prevención
Para evitar la periostitis es necesario estirar
correctamente, fortalecer los músculos internos de la pierna.
Destacando la siguiente secuencia de trabajo:
Musculatura flexora y extensora del tobillo.
Musculatura flexora y extensora de los dedos del
pie.
Ligamentos del tobillo, rodilla y cadera.
Musculatura flexora y extensora de la cadera.
Musculatura flexora y extensora de la rodilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario